Odio esa terrible sensación de abrir los ojos por la mañana
y saber que no te voy a ver en unas pocas horas.
Odio acostarme con el único deseo de soñar contigo y que tú
ni siquiera aparezcas en mis sueños.
Odio no tenerte cerca, no poder tocarte, no poder besarte,
no poder ver cómo te quedas mirándome y me sonríes.
Odio no poder hablarte en cualquier momento aunque sólo sea
para decirte que te quiero con locura y que no puedo vivir sin ti.
Me paso el día pegada al teléfono deseando que suene y que
seas tú pero odio la sensación de vacío que me queda cada vez que colgamos.
Odio emparanoyarme tanto pensando que te vas a olvidar de
mí, que no vas a estar igual conmigo cuando volvamos a vernos, que no me vas a
querer como me querías antes.
Odio cada día que paso sin ti porque sé que, al final, cualquier
día que no esté a tu lado no es más que un día perdido…
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