lunes, 18 de junio de 2012

Aquí estoy para cuando quieras volver...



Últimamente apenas te reconozco, apenas nos reconocemos… No sé qué es eso tan fuerte que ha hecho cambiar las cosas de esta manera, no sé ni el cómo ni el  porqué, pero sí sé que ha pasado…

No sé en qué momento la palabra dada dejó de ser importante… Sé cuándo fue el inicio de las promesas rotas pero no sé cuál fue el motivo…

No sé por qué hay que hacer las cosas tan mal, no sé por qué se toman decisiones y no se es capaz de preguntar a los afectados por las consecuencias, por los “daños colaterales” que sí, siempre existen…

No sé por qué disfrazas de verbena permanente lo que estás sintiendo cuando tú y yo sabemos lo que hay en el fondo de todo…

Aquí queda para cuando quieras darte cuenta la amiga que soy, la que más se alegra de tus triunfos y más sufre con tus fracasos, la que nunca ha roto una promesa, la que te quiere sin condiciones porque eso es la amistad, la que haría cualquier cosa por ti, la que ha estado ahí siempre a pesar de tus desplantes, de tus idas y venidas. Aquí estoy para cuando quieras volver…





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